¿Cuáles son los síntomas de la amigdalitis?
Es una de las enfermedades más comunes en la infancia y en la mayoría de los casos está provocada por un virus.

Una amigdalitis es la inflamación aguda de las amígdalas palatinas, una afección a la que popularmente se le llama anginas. Las amígdalas son dos masas de forma ovalada que se encuentran a ambos lados de la parte posterior de la garganta, y que ayudan al sistema inmunitario a proteger al cuerpo de las infecciones.
Esta es una dolencia muy frecuente entre la población infantil, especialmente entre los dos y los dieciocho años. “Durante los primeros años de vida, de los dos a los seis años, los niños entran en contacto por primera vez con muchos gérmenes. A menudo, estos microbios entran por la nariz y la boca e infectan las amígdalas provocando la amigdalitis”, explica la doctora Paula Cruz, otorrinolaringóloga de la Clínica Mi Tres Torres y del Instituto de Cabeza y Cuello.
Los síntomas más habituales de la amigdalitis comprenden la hinchazón de las amígdalas, dolor de garganta, dificultad al tragar, fiebre, malestar general y la aparición de una capa de pus blanca o amarilla sobre las amígdalas. Además, pueden generar sensibilidad de los ganglios linfáticos a los lados del cuello.
El causante de la amigdalitis en la mayoría de los casos es un virus, pero también puede provocarla una bacteria. Es una enfermedad infecciosa adquirida por contagio a través del aire o por contacto directo (intercambio de saliva, contacto con objetos contaminados, contacto íntimo). Aunque, en ocasiones, se puede originar debido a causas irritativas, según indica la doctora Cruz: “En personas adultas que padecen reflujo gastroesfofágico esta enfermedad puede causarles irritación de toda la faringe que, a veces, acaba desencadenando amigdalitis”.
Tratamiento para la amigdalitis
“Dado que el tratamiento adecuado para la amigdalitis depende de la causa, es importante obtener un diagnóstico rápido y preciso”, remarca la doctora Paula Cruz. Si la causa es un virus, el tratamiento irá encaminado a atenuar los síntomas, por lo que se recomienda descansar todo lo posible, beber mucha agua y, si hay fiebre, se pueden administrar medicamentos que la controlen como el paracetamol o el ibuprofeno.
En caso de que la infección sea de origen bacteriano, “el cuadro sintomático es mucho más intenso y florido, la sensación de malestar es mayor y provoca más fiebre”, explica la otorrinolaringóloga de la Clínica Mi Tres Torres. En estos casos, se prescribirá un tratamiento con antibióticos durante al menos una semana.
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